domingo, 1 de mayo de 2011

Obras: Aristóteles, Ética a Nicómaco.


En esta obra, el sabio estagirita escribe un tratado sobre la virtud y el vicio a su hijo Nicómaco.
Un libro sin tiempo, nos ayuda a profundizar en el significado del término medio o prudencia, la mayor de las virtudes.
Aristóteles nos habla de la generosidad, la justicia, la temperancia, la valentía, el placer, la magnificencia... etc frente a sus desvirtuaciones como la avaricia, la injusticia, la intemperancia, la incontinencia, el dolor, el abuso de las cosas... etc.
Todo ello acompañado de la ciencia más importante según el filósofo, la política, y del camino de la felicidad.
Nos habla de que las personas debemos realizar nuestros actos con fines en sí mismos, pues así encontraremos la misma felicidad, que no tiene fin en otra cosa más que en sí misma.
Con todo ello distingue los tipos de amistad, colocando en el punto más alto aquella que está basada en el máximo respeto y el amor al amigo por sí mismo, tal cual es.
Hay muchas cosas que reflexionar cuando leemos esta obra, y no solo eso, sino que como ética atemporal que es, nos ayuda a forjarnos a nosotros mismos.
Con todo ello Aristóteles nos da un amplio conjunto de ejemplos propios de su época y de su cultura, muy parecida a la nuestra.
En definitiva en Ética a Nicómaco, aprendemos que la felicidad radica en un comportamiento razonable y prudente, que nos lleva a realizar las cosas con temperancia y en su justa medida.
Nada en su abuso por mucho que nos gratifique nos hará el bien.
Otro aspecto a considerar es el hecho de que Aristóteles nos habla del estudio y de la vida contemplativa como un placer.
Esto es así en cuanto que el Ser Humano, bajo mi opinión, está completamente destinado a ello por su condición de ser racional y filosófico.
La reflexión y el estudio de todas las cosas en su aspecto etéreo, ideal (en sentido de idea o pensamiento), intelectual y científico (en sentido de scientia o conocimiento) nos hace sapiens y nos ayuda a vivir en paz con el mundo y con nosotros mismos.
Os recomiendo leer este clásico griego sin tiempo y deleitaros con su sabiduría.
Así mismo os recomiendo que seáis agua y que cuando leáis a cualquier autor clásico, tengáis en cuenta que estáis viajando en el tiempo y que las circunstancias son totalmente diferentes a las actuales. De modo que leamos como si fuéramos de la época para así poder entenderlo, olvidando así pues, el presentismo.
¡Ya sabéis, si no lo tenéis y si no os lo habéis leído, id a la biblioteca y leedlo!

Soy Sapiens y conozco las ciencias en las que verso, y aquellas que no sé, me dignifico a estudiarlas, así puedo decir que hago honor a mi especie.

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